Cuando la empresa Gasenzer AG de Hinwil (Suiza) comprobó un cable submarino en el lago suizo de Lucerna, el objetivo era evitar posibles daños resultantes. En la estación de transformadores de una gravera ubicada en ese lago, había explotado un transformador. Se suponía que la causa era un daño en el cable submarino conectado al transformador, ya que este cable alimenta una draga y se enrolla o desenrolla dependiendo de la posición de esta. Con la tecnología de medición instalada en el vehículo de medición de cables de BAUR, el técnico de Gasenzer AG ensayó primero el aislamiento del cable y luego realizó una ecometría. Ninguno de estos métodos mostró indicios de avería en el cable. Finalmente, la certeza llegó al hacer una prueba con el ensayador viola de BAUR.